lunes, 27 de octubre de 2008

Se abrió nuevamente el Apertura

Cuando parecía que estaba todo definido cayó el puntero y los que lo acechan aprovecharon para descontar.

Tanto los periodistas, como también los jugadores rivales decían que el nivel de juego y la sólida tarea de San Lorenzo hacía creer que a falta de casi 30 puntos para que se termine el campeonato, los cuervos se envalaban derecho el título, pero el domingo apareció Racing y le puso nuevamente incertudimbre al Apertura.
Desde el vestuario de Boedo siempre se escuchan palabras de mesura cuando les consultan sobre el andar del equipo y su paso firme en la punta, los de Russo prefieren ir partido a partido como bien dice su DT. Hasta Riquelme dijo que San Lorenzo tiene el mejor plantel del fútbol argentino, un poco reconociendo la calidad de los jugadores santos y otro también para hacerles sentir la presión.
Todos estos elogios se basan en la calidad y cantidad de jugadores con los que dispone Russo, con los titulares en un gran momento tanto individual como colectivo, con suplentes de categoría como Romeo o Solari, con un vestuario con menos exposición mediática que en la era Ramón Díaz y con un bloque de juego definido y llevado a cabo de la mejor manera.
Parecía que faltaba mucho para que ya se hable de un equipo imbatible, pero este San Lorenzo posee la valla menos vencida del campeonato, con un Orión menos mediático y sobrio en su tarea; con los centrales muy firmes, con Aguirre haciendose patrón de Boedo ya sea en dupla con Méndez o con Bianchi Arce y con dos laterales como Aureliano Torres y Adrián González de gran recorrido por las bandas, que por su ida y vuelta constante hacen que los equipos rivales se tengan que cuidar de ellos.
En el mediocampo se encuentra un doble cinco que raspa y hace jugar, la solidez y la visión dentro de la cancha de Ledesma le vino muy bien al Chaco Torres para agrandar su juego y recuperar pelotas. A los costados de ellos están Rivero y Barrientos, dos que saben llegar al fondo, que corren, se tiran al piso y también pueden dejar solo a algun compañero para que defina. Adelante Russo tiene a Bergessio, un tanque que pelea todas las pelotas y con todos los defensores, define él o asiste a dos nueve de categoría que alternan como Romeo o Silvera, un lujo que se puede dar este San Lorenzo. Pero a no olvidarse que en el banco de suplentes hay un jugador al menos de jerarquía por línea, llámese Tula, Solari, Hirsig o Menseguez.
Teniendo en cuen todo esto se pueden entender las palabras del diez de Boca, pero por algo en Boedo ni quieren decir la palabra Campeón antes de tiempo y este domingo les dio la razón. Racing lo atacó de entrada, demostró lo que viene plasmando alternativamente en este torneo y le cortó al conjunto de Russo una racha de seis victorias al hilo.
Esta derrota del puntero le vino como anillo al dedo a sus más fuertes perseguidores, Tigre vapuleó a Huracán y se acercó a tan sólo 2 puntos, los de Cagna están sólidos y con un Morel en un momento impresionante y Boca se sacó de encima a Rosario Central, se prendió de nuevo a cinco de la cima y en dos fechas recibe al puntero en la Bombonera.
Se abrió la lista de candidatos otra vez, así que a prenderse nuevamente porque no se sabe hasta que fecha Miguel Ángel y sus muchachos dejarán la incripsión abierta.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Desastre

La selección nacional no está pasando un buen momento, ya se, con decir esto no descubro nada. De los últimos 21 puntos en juego en la Eliminatoria sólo sacó siete, producto de una victoria (contra Uruguay), cuatro empates (frente a Ecuador, Brasil, Perú y Paraguay) y dos derrotas (con Colombia y Chile).
Hemos escuchado en los últimos meses de boca de los protagonistas excusarse por el poco tiempo que tiene el grupo para justamente eso, ser un grupo que se entienda fuera y dentro de la cancha. Que cada estrella argentina llega 3 o 4 días antes del partido correspondiente y que es difícil ensamblar las piezas cuando cada uno viene de jugar con distintos roles en sus equipos, todo esto respaldado por la Copa América en Venezuela. Allí sí tuvieron tiempo para practicar en conjunto y pudieron plasmar un buen juego que nos dejó en la puerta del título.
Pero Argentina no es la única selección que tiene casi todo el plantel jugando lejos de Sudamérica ¿los brasileños, los uruguayos o los paraguayos en cada fecha de Eliminatoria tienen un mes para preparar los partidos? No, entonces no nos pueden explicar el mal rendimiento con la excusa del tiempo de convivencia.
Para poder lograr un funcionamiento colectivo tiene que haber desde el cuerpo técnico un juego definido y un mensaje concreto para los players que se pongan la albiceleste cada mes. Es claro, cuando uno abre la caja de las piezas y despliega el tablero de ajedrez, la reina sabe que a su lado tendrá al rey y un alfil. Tampoco pedimos que Argentina se convierta en un equipo sin variantes, pero por lo menos que se respete la identidad de nuestro fútbol.
Estamos pasando un momento espléndido en riqueza de jugadores, el siempre temido recambio generacional llegó y nos llenó de nuevas estrellas, jóvenes y con un futuro enorme. Ahora está en las manos de Basile poder ordenarlos y sacarles el brillo a estos diamantes en bruto, pero tampoco es cuestión de ponerlos en la cancha, darles la pelotita y que jueguen. Tiene que haber por parte del Coco un orden, que por lo que nos brindan estos muchachos en la cancha parece faltar.
Tomemos el caso del partido con Uruguay, donde se planteó un equipo con una línea de cuatro atrás, dos cincos, un volante ofensivo, dos extremos y un punta (4-2-3-1). Con este esquema podemos aprovechar la cantidad de volantes centrales de calidad que tenemos como Gago, Cambiasso, Mascherano o Ledesma, utilizar a Riquelme (el referente del Coco) y también poner a los nuevas figuras adelante como Messi, Agüero o Tévez, pero nos falta el nueve de área, el Batistuta o Crespo que la mande a guardar.
Este esquema fue el utilizado por el Barcelona multicampeón de Rijkaard, pero con la diferencia que Deco tenía más movilidad y marca que Riquelme y que adelante tenían siempre un centrodelantero, el temible Eto'o y si faltaba el camerunés entraba una torre, imaginense que compraron a Maxi López para esa función.
En el partido contra Chile también se pudo ver los desaciertos de nuestro técnico, afuera Tévez y Riquelme, cambió el 4-2-3-1 por el clásico 4-3-3, pero en el medio puso todos cincos, seguramente para prevenir el juego vertiginoso que proponen los equipos de Bielsa, pero se olvidó que el Loco es de los que les gustan jugar por las bandas. Toda la noche en Santiago sufrimos los cambios de frente que dejaban a los carrileros chilenos con espacios para meterse en campo argentino. Por orden natural Cambiasso se cerraba para ayudar a Ledesma y dejaba la franja izquierda para la subida de Beausejour ¿porqué no probar con Di María o Barrientos en ese sector? Atacar también es una forma de defenderse. Pero no sólo eso tuvimos que sufrir, adelante entró un nueve de área como Diego Milito pero los asistidores no estaban precisos y Basile lo sacó a él en el entretiempo y lo puso a Bergessio, con polenta y físico pero que está acostumbrado a jugar con un goleador al lado.
Todos queremos ver a las figuras pero también necesitamos disfrutar de un equipo que juegue, que guste, que toque y defina como estos jugadores saben hacer y lo demuestran semana a semana en sus respectivos clubes. Queremos un equipo que no dependa de un jugador, ni de la brillantez individual, tenemos los nombres, tenemos la calidad que necesitamos, ahora Basile tiene más de cinco meses para ordenarse y ordenar, esperemos que lo logre para llegar todos contentos al Mundial de ver a la selección argentina que todos queremos ver.